La conducción del Sindicato Argentino de Obreros Navales y Servicios
de la Industria Naval (SAONSINRA), con su secretario general Juan
Speroni a la cabeza, reclamó ayer al gobierno y al Parlamento “la
inmediata suspensión de la importación desde Brasil y otros países de
doce remolcadores usados para reducir los costos del servicio”, en
la oficina del bloque justicialista – ante sus integrantes – ubicada
en el tercer piso del Honorable Congreso de la Nación.
Los trabajadores obreros navales se concentraron a las 10 en la
intersección de las Avenidas Belgrano y 9 de Julio y, desde allí,
marcharán hasta la Avenida de Mayo y luego hacia el Congreso para
dejar expuesto su reclamo en defensa del empleo.
“La decisión de importar doce remolcadores usados ataca el empleo
industrial nacional y provoca la pérdida de centenares de puestos de
trabajo en la industria naval. Es una determinación injusta y
desleal, ya que los astilleros y talleres propios de construcción de
ese tipo de unidades son totalmente competitivos en tiempo, calidad
y costo en comparación con unidades nuevas extranjeras. Pero no es
posible competir con las usadas”, explicó Juan Speroni, llevando la
voz de su gremio.
En su reclamo, el sindicato aseguró que la industria naval construye
remolcadores y, ello, es “una de las pocas alternativas de
desarrollo y planificación y subsistencia sectorial, ya que adolece
de una legislación específica luego de la eliminación de la Ley de
Marina Mercante e Industria Naval a principios del ’90, lo que
generó las condiciones para que la actividad fuese prácticamente
destruida”.
También subrayó que el país, en el marco de las potencialidades de
desarrollo y generación de empleo que puede generar el litoral
marítimo y fluvial, debe atender esa situación para defender y
proteger “el trabajo argentino de elevada calidad”.
Miguel Sánchez, de la Asociación Bonaerense de la Industria Naval,
expuso que “preocupan estas decisiones, adoptadas con el pretexto de
bajar los costos a expensas de la destrucción de centenares de
puestos de trabajo, una cantidad mucho mayor a la que podría
crearse. Cuatro de los remolcadores a importar están en Uruguay
provenientes de Brasil, donde no tienen tareas a partir de la
reducción del empleo en la explotación off shore”.
También quedó expuesto que la industria argentina -no obstante el
aislamiento del Estado desde hace tres décadas- generó “un fuerte
compromiso entre empresarios, trabajadores y universidades para
reconstruir su matriz productiva a partir de la capacitación para
regresar al oficio, a la carrera de ingeniería naval y a los
técnicos, exhibiendo total compromiso con el país y el empleo”.
Finalmente, Juan Speroni puntualizó que “la industria naval no
reclama prebendas o subsidios sino condiciones de igualdad y lealtad
en la competencia con las importaciones ante una situación de total
inequidad.”
Al cierre, el diputado Oscar Romero acompañó hasta la calle a la
delegación gremial y junto a los dirigentes reafirmó frente a los
trabajadores lo positivo de la reunión y el compromiso del bloque de
diputados que él integra de volver a encontrarse la próxima semana –
probablemente en el sede central de la Federación Marítima Portuaria
y de la Industria Naval de la República Argentina (FeMPINRA) para
continuar con el desarrollo de la estrategia que permita satisfacer
las necesidades expuestas en esta reunión.-
Fuente: Federación Marítima Portuaria y de la Industria Naval de la
República Argentina.
Fecha: 14.09.2016
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